sábado, 21 de noviembre de 2009

APRA - Una ideología diferente

La vida de Ciro Alegría se tornó a una idea que no podía ser más que un cambio de sistema en el país; es decir, una lucha constante por terminar las injusticias sociales, y la marginación que envuelve ese mismo entorno.
¿Cómo un joven consciente en su idiosincrasia, podía dejar de luchar por una calidad de vida adecuada para él y sus demás pobladores?

Es fácil ver cómo los demás luchan por acomodarnos a nosotros en un estatus mejor y ser nosotros los que criticamos y juzgamos tales actos, como masoquismo u otros. Pero ¿Qué fue lo que tuvo que pasar Ciro Alegría por defender una posición ideológica, que nos llevaría al desarrollo? Tuvo que pasar por muchas decadencias, peripecias, torturas; y con una gran sonrisa en el rostro, que nos decía: "Todo estará bien", como una esperanza en que algún día acabaría todo, y el país se desarrollaría de manera parcial y elocuente.

Creer que Ciro tuvo una gran vida, sólo por saber los grandes premios que recibió por sus obras; es una real tontería. Pues su vida no sólo fue escribir, sino que es a través de ello en que logra expresar sus diferencias sobre el mundo que el vivía.

Lo único que Ciro Alegría hizo, es luchar por una idea que cambiaría al mundo.

¿Es justo que por ello sea víctima de la persecusión de una parte de la humanidad?

2 comentarios:

  1. No, realmente no es justo que Ciro haya ido a prisión sólo por anhelar o tener una aspiración que como dice esta entrada, cambiaría al mundo. El mundo está al revés, lo bueno parece malo, y lo malo parece bueno. Si el mundo tuviera grandes ideales como los tuvo Ciro; ¿qué sería la pobreza en el Perú?, o el maltrato, o el hablar de abortos. Ciro es el orgullo del País. VIVA CIRO! Ehhhhh!

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  2. Y pensar que admiraba mucho a Vallejo porque él estuvo en prisión, y supongo sufrió mucho. Ahora que conozco más de Ciro Alegría, y considero que es la verdad, es que me ha nacido una agradable admiración por él; creo que si Vallejo sufrió mucho y su poesía es triste y melancólica. Con más razón admiro hoy a Ciro, pues a pesar de sufrir aquellos suplicios y tormentos; aún era optimista, y luchador, escribía poesía para enamorar. Realmente fascinante.

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