
Ciro hace referencia a su maestro en el artículo “El vallejo que yo he conocido”, diciendo: “Aún recuerdo la sensación que me produjo su mano fría, grande y nudosa, apretando mi pequeña mano tímida y huidiza debido al azoro…”” Nunca había visto un hombre que pareciera más triste. Su dolor era a la vez una secreta y ostensible condición que terminó por contagiárseme”
Lamentablemente Ciro enfermó de malaria y no pudo continuar sus estudios en Trujillo, por lo que regresó a la hacienda y continuó estudiando en Cajabamba donde conoce al pintor indigenista José Sabogal. Durante esta época conoce también muchos indios, peones y cholos quienes gracias a su variada

En 1924 regresa Trujillo con la esperanza, infundida por su madre, de iniciar una vida de literato; viaja a Lima para participar en un concurso, pero lamentablemente no tuvo éxito. En 1926 la madre de Ciro, Herminia Bazán Lynch, fallece y es así como Ciro impulsado por ese dolor revela sus dotes de periodista y funda su primera revista “Juventud”.
0 comentarios:
Publicar un comentario